La infraestructura resiliente es aquella que continúa funcionando efectivamente después de un desastre natural. Costa Rica es un país expuesto a una gran gama de amenazas naturales como lo son la actividad volcánica, terremotos, deslizamientos de tierra, inundaciones, sequías, tormentas tropicales y huracanes, que ponen en riesgo la vida humana, y se requiere de una infraestructura resiliente a estos eventos para mitigar su impacto social y económico. Es esencial que la infraestructura del país no sufra daños por un desastre natural para que no refuerce el impacto negativo del mismo, y que así permita o facilite los esfuerzos de rescate para las áreas afectadas.
Costa Rica ya cuenta con políticas nacionales que enfatizan el valor de la resiliencia de su infraestructura, lo que ha permitido que se incorporen medidas que la fomenten. Por ejemplo, las Municipalidades acuden al Fondo Nacional de Emergencias para desarrollar proyectos de infraestructura en su región, y así recuperarla y fortalecerla. Sin embargo, existen desafíos para fortalecer la gestión de la resiliencia de la infraestructura: falta un mayor detalle en las políticas, un sistema de priorización, y el sistema de acceso al Fondo Nacional de Emergencia puede mejorarse para que se garantice un uso más eficiente y eficaz del mismo. Recordemos que la infraestructura facilita el bienestar socioeconómico y el desarrollo sostenible y cuando se ve afectada, se ven afectados además de las carreteras, los servicios esenciales como el agua, la electricidad, telecomunicaciones, perjudicando así las economías locales.
Como ya indicamos los factores críticos que amenazan la infraestructura en Costa Rica son los sismos, terrmotos, actividad volcánica, tsunamis, deslizamientos, huracanes, inundaciones, tormentas tropicales, entre otros. Como ejemplo, algunos eventos grandes que han afectado a Costa Rica son el terremoto de Limón, el de Cinchona, y los huracánes Cesar, Otto, y Nate. Estos eventos dejaron pérdidas grandes tanto a familias como a sistemas de energía, agua, educación y por supuesto, la infraestructura vial.